
También se celebraban los 20 años de Miguel y Angela

Leonor y pàscasio
En el año veinticuatro, con el sol brillando en alto,
Se celebra un gran evento, que resuena como un canto.
Leonor y Pascasio, veinticinco años ya han danzado.
Y Ángela con Miguel, veinte otoños han marcado.
Noáin se viste de gala, con gigantes alrededor,
Una fiesta sin igual, que despierta el corazón.
La Milagrosa, Falces, y Caparroso con fervor,
Huarte, Funes, Cáseda, San Adrián, ¡qué esplendor!
Y en medio de la plaza, con alegría y sin demora,
La giganta mediana Leonor, a su madre honra.
Un aniversario de altura, que en la memoria quedará,
De gigantes y comparsas, que a Noáin su magia dará.

Con la llegada del día tan esperado, nos alistamos con emoción palpable para unirnos a la gran concentración. La importancia del momento nos llena de un agradable nerviosismo, mientras nos encaminamos hacia la emblemática Plaza de los Fueros, donde dará inicio la memorable concentración.
Ya congregados en la plaza, con el nuevo pañuelo de la giganta Leonor ondeando en azul, engalanado gracias a Bordados Díaz, se palpaba la expectación en el aire. Era el instante preciso para comenzar el desfile por el pueblo, un preludio a la jornada festiva que nos aguardaba.

Un «pequeño» resumen del día en video

Durante el recorrido, tuvimos el placer de recibir la visita de un miembro de la comparsa de Huarte, Hodei de Mundo Gigantes, quien se acercó para brindarnos ánimos y saludos. Sus palabras, cargadas de emoción y motivación, calaron hondo en nosotros. Es un verdadero placer encontrarse con personas tan inspiradoras como él en eventos como este.
25 aniversario
La emoción de danzar en las calles de mi pueblo es incomparable, y más aún al celebrar el vigésimo quinto aniversario de la gigantesca figura que simboliza nuestra tradición. La felicidad recorre mis venas, otorgándome un brillo único y especial que me hace destacar.



Es imposible olvidar a aquellos que se acercaron a saludarme; Richard, con su cámara, capturó esos momentos inolvidables. Pedro Mari también estuvo presente, y la alegría de Julen fue evidente al conocer a los compañeros de trabajo de su padre.

Julen estaba solo inicialmente, pero durante el recorrido, Asier e Iker se nos unieron para bailar. Su ayuda hizo que el trayecto se nos pasara volando. También es imposible olvidar la valiosa ayuda de Marcos, quien tomó el relevo de Iker cuando este tuvo que marcharse.
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